La trama del poder
Laura Di Marco: “El nuevo dilema de Milei: ¿Era la casta o no?”

La Ley Bases se presenta como el puntapié inicial para la segunda etapa del Gobierno, que intentará demostrar que tenía razón acerca de la eficacia de su plan; mientras tanto sus críticos se mantienen al acecho con la premisa de que no funcione
PARA LA NACION
Con la aprobación de la Ley Bases y el pacto fiscal -el kit de herramientas que el Presidente necesita para gobernar- el gobierno de Javier Milei entra en una segunda etapa: los que lo apoyan están aliviados porque ahora sí, creen ellos, va a poder probar la eficacia de su plan. Los que lo critican, en cambio, están convencidos de lo contrario: ahora se va a dejar ver que la casta “corrupta” no era el problema, sino que su plan no funciona. Pasado en limpio: llegó la hora de la verdad.
La teoría de Milei se pone a prueba a partir de ahora: ¿Era la casta o no? Antes de su aprobación, el presidente decía que la Ley Bases no era tan importante. Que su plan se iba a ejecutar igual, pero este viernes el jefe de Estado consideró que la aprobación se trataba de un “hito histórico”, incluso “más grande que las reformas de Menem”.
El mismo viernes, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, anunció el ingreso a la segunda fase del plan económico. Lo dijo así: “En la primera etapa se cerró la canilla de la emisión de dinero por déficit fiscal, algo de lo que se abusó en el gobierno pasado y que generó este desbalance y esta inflación que hemos y estamos viendo. En esta segunda etapa estamos cerrando el grifo del segundo canal de emisión que son los intereses que el Banco Central paga por los pasivos remunerados”.
Lo que ves en esta foto es la gráfica de la fase dos, tal como lo ve Milei. De un lado, Luis Caputo, el encargado de la macro. ¿Qué sería esto? Básicamente su función es la baja de inflación y la doma del déficit fiscal. Del otro lado, un personaje potente que ingresa ahora al gabinete: Federico Sturzenegger, que ya tiene una oficina en Casa Rosada desde hace mucho tiempo.

Pero ahora entra a jugar a la cancha formalmente. ¿Su función? No es solo la desregulación económica. Su función para Milei es impulsar el desarrollo económico. ¿La demora del ingreso de Sturzenegger es por los cortocircuitos que, en el pasado, tuvo con Toto Caputo? ¿Hay miedo de que opaque a Caputo? El ruido está y el propio ministro de Economía blanqueó el tema y celebró el ingreso de Sturzenegger.
En este tridente hay otro personaje mucho menos conocido que los otros, pero igual de influyente. El enigmático Demian Reidel, asesor estrella de Milei. ¿Cuál es su función principal, según Milei? La convergencia.
¿Qué es la convergencia? El tiempo que necesita la Argentina para acercarse a los indicadores de los países más desarrollados. Ese tiempo, dice Milei, podría acortarse gracias a la inteligencia artificial. Ahora se va a saber la verdad: ¿Era la casta o no?
Te divido el planeta de los economistas en dos partes: las críticas honestas y las teñidas de envidia de economistas que, desde hace 40 años, tratan de arreglar la economía argentina y no lo logran. O nunca lograron llegar donde querían. Porque además de economistas, son humanos.
Algunas críticas honestas dicen que la recuperación de la actividad económica en V, como plantea Milei, no va a ser tan rápida como el presidente dice.
El problema es que, a pesar de que ahora tengamos las leyes, las inversiones no van a llegar hasta que no se levante el cepo, en hay consenso general.
Habló Carlos Melconián esta semana y dijo esto: “El cepo, con un régimen cambiario alternativo, se podía haber abierto. Y el cepo puede tener en algún momento una agenda anunciada por el ministro [Caputo] para ser abierto y para eso, se para frente a la cámara, lo dice y se compromete (…) Acá los números del superávit son muy finitos. El Gobierno no puede levantar el cepo”. Es “ilevantable”, sostuvo.
¿Qué dice Milei? También decía que no iba a poder bajar la inflación rápido y la bajé. La nueva etapa trae otra sorpresa
Dentro de pocos días vas a ver a Mauricio Macri criticando en público lo que no le gusta de Milei y apoyando lo que lo que le gusta. Hasta ahora le había hecho un gran regalo al presidente: su silencio y el acompañamiento sin fisuras de Pro.
Pero ahora que están las leyes, las cosas cambiaron. Macri y Milei no se hablan desde hace 10 días. El Pro lucha para no quedar absorbido por LLA, quieren la fusión de este matrimonio.
Este sábado hablé con Fernando Iglesias y él es de los que dudan sobre la fusión. Dijo algo nuevo, a contramano de lo que pensamos: Milei y Pro no comparten electorado, según él. “No le daría más volumen del que tiene. El Gobierno ha sido capaz de evitar el incendio. Está en una situación difícil pero no en medio de un caos. Eso costó mucho esfuerzo y una participación activa del Pro. Era necesario sostener al Gobierno, evitar la corrida cambiaria y el club del helicóptero. El Pro no es LLA, tenemos coincidencias y diferencias. Y no creo que compartimos electorado”.
Llega Julio y parece que el frío es más intenso cuando gobierna el no peronismo. Cuando el peronismo no gobierna hay más hambre, más frío y los niños desaparecen misteriosamente. ¿No me crees? Aquí te lo explica el CapitánCarr
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La trama del poder
El show de los insultos: Milei, el estratega que polariza con Kicillof y borra a Cristina

Detrás del lenguaje brutal de Javier Milei no hay sólo desborde o inmadurez: hay una estrategia política calculada. Mientras insulta a Kicillof con una virulencia sin precedentes, borra a Cristina del centro de la escena y se posiciona como el único líder capaz de enfrentar al kirchnerismo. ¿Hasta cuándo le va a funcionar?
Lo que vimos en estos días, con los insultos de Milei a Kicillof —el soviético, el burro, el castrado— no es un exabrupto aislado. Es una estrategia. Una forma brutal de hacer política, pero que conecta con un electorado profundamente herido, humillado, estafado por años de kirchnerismo. Milei no insulta porque se le escapen las formas: lo hace con cálculo. Elige a Kicillof como su nuevo enemigo visible para desplazar a Cristina al pasado y encarnar la pelea por “el futuro”.
Me incomoda su violencia verbal, pero no puedo dejar de ver que, por ahora, a la gente le gusta. Porque lo ven auténtico, porque dice en voz alta lo que muchos dicen en un asado. Porque lo prefieren mal hablado pero sin máscaras. ¿Está bien? No. ¿Funciona? Sí, por ahora. El riesgo está en el límite entre el show electoral y la gestión: sin acuerdos, sin puentes, sin Congreso, no se gobierna.
Mientras tanto, Milei polariza, ordena su base, y se burla de sus rivales. No se le escapa una: ni la Corte, ni el Papa. Cristina, expectante, levanta la mano pidiendo su insulto. Y él se lo niega. Porque el verdadero duelo es con Kicillof. Porque, en su cabeza, Cristina ya fue.
La trama del poder
El Show de la Impunidad: Cristina, Lázaro y la Oscuridad de la República

En el último programa de La Trama del Poder , desmenuzamos la realidad de un país que sigue lidiando con su pasado, o mejor dicho, con las consecuencias de un pasado que se niega a soltar. Hablamos de Cristina Kirchner , su actitud “maníaca” y provocadora tras la condena, y la psicología detrás de ese comportamiento que la psicóloga forense Alicia Crosa describió como una negación profunda que, tarde o temprano, desembocará en una fase depresiva.
El Imperio de Lázaro Báez: Un fraude monumental
Uno de los temas centrales fue el retorno a prisión de Lázaro Báez y el entramado de corrupción que lo llevó allí. Luis Gasulla, con su habitual precisión, nos desnudó las cifras de la causa Vialidad: 51 contratos analizados, 25 obras inconclusas, el 78,5% del total de obras en Santa Cruz bajo el control de Báez, y en 47 de los 51 casos, sus empresas no tenían la capacidad técnica para realizarlas.
El perito judicial Cisneros, quien estuvo en el corazón de la investigación, nos contó detalles impactantes: maquinaria vial escondida para evitar su secuestro judicial, estancias de lujo sin estrenar y adquiridas con la mira puesta en futuras expropiaciones. Nos recordamos cómo Báez, un “cajero” que en un principio andaba en un auto de cuarta, vio su patrimonio y el de sus empresas crecer exponencialmente, llegando a un asombroso 45.000% de aumento en sus compañías y 16.000% a nivel personal.
El Sistema de Recaudación K: José López y el Plan “Limpiar Todo”
La confesión de José Francisco López como imputado colaborador en la causa de los bolsos fue clave, una verdadera “tortuga que se les escapó” a Cristina ya su abogada. López reveló que las entregas a Muñoz (el secretario de Néstor que amasó 60 millones de dólares) eran de 100.000 a 300.000 euros, dos o tres veces por semana. Y en 2007, una valija con 8 millones de dólares, producto de obras viales, fue entregada en la casa de Cristina. El sistema continuó hasta 2015, y el encargado de auditarlo era nada menos que Axel Kicillof. La justicia demostró que el plan era “limpiar todo”, desarmar las empresas como Austral Construcciones y que el Estado pagara lo que faltaba por obras no terminadas.
La Violencia del Kirchnerismo sin Poder y la Mirada de los Liberales
La furia del kirchnerismo fuera del poder es evidente. “Mate con Mote”, un youtuber liberal, nos contó cómo él y su colega “el herrero” han sufrido ataques y amenazas por su postura. “Sé dónde vivís, los vamos a ir a buscar”, les escriben. Esto, lamentablemente, es una constante. Como bien dijo la diputada Marcela Campagnoli , quien junto a Lilita Carrió impulsó muchas de las investigaciones, esta es la “última carta” de un espacio desesperado que recurre a la violencia. Pero como dijo el “herrero”, que vio nacer La Cámpora desde adentro y fue testigo de la corrupción en Lomas de Zamora: “Si no tuvimos miedo en ese momento, hoy cero”.
El Fin de la Impunidad y la Deuda que Cae
Agustín Etchebarne, por su parte, nos trajo un mensaje de optimismo económico y la certeza de que el fin de la impunidad es una realidad. La economía está creciendo fuerte, el superávit fiscal es consistente y las reservas del Banco Central mejoran. El riesgo país bajó significativamente, una señal clara de la confianza que genera el nuevo rumbo.
Y en cuanto a Cristina, la analogía de Bob Fosse en “All that Jazz” nos sirve para entender lo que se viene: negación, enojo, negociación y, esperemos, la aceptación. La condena por Vialidad es solo la primera; se viene más. La causa Cuadernos, con 80 empresarios involucrados, será la verdadera prueba para nuestra justicia. ¡Ojalá demuestre ser independiente de una vez por todas!
Y para cerrar, ¿sabían que el departamento de Monserrat donde Cristina hace su “actuación” en el balcón, ese que le compró a un ex secretario de Cultura, antes era utilizado por los servicios de inteligencia?
Pueden ver el programa completo acá
La trama del poder
Cristina y Milei: ¿se consolida una nueva grieta?

En un escenario político que parece redefinirse, se intensifican los movimientos alrededor de dos figuras centrales: Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei. Mientras Cristina reaparece en escena tras un largo silencio —desde su rechazo público a la ley de “ficha limpia”—, Milei continúa afianzando su posición como el único líder de la nueva centroderecha, desplazando incluso a Mauricio Macri.
Aunque Cristina y Milei encarnan espacios ideológicos antagónicos, entre ellos no existe la tensión irreconciliable que marcó la relación entre Cristina y Macri. La expresidenta no percibe en Milei una amenaza judicial directa, a diferencia de lo que sentía frente a Macri, a quien responsabiliza por una supuesta persecución desde la “mesa judicial”. De hecho, existe cierto respeto mutuo: Cristina habría leído un libro de Milei sobre inflación y, en privado, elogia su coraje político.
Esto no significa una alianza, sino una reconfiguración de los antagonismos. Cristina representa un peronismo que Milei no combate desde el plano judicial ni simbólico, sino desde un relato económico radical y una narrativa de “refundación” del Estado. Su objetivo, según dice, es claro: ordenar la macroeconomía, no saldar cuentas con el pasado. En su armado político conviven figuras del kirchnerismo, el massismo y el menemismo, lo que contrasta con la lógica excluyente del macrismo.
En paralelo, Mauricio Macri parece quedar cada vez más al margen. A pesar de algunos gestos de reconciliación —como un mensaje conciliador a Milei tras las elecciones—, su influencia en la interna opositora se diluye. Dirigentes como Santilli o Ritondo ya tomaron distancia, y algunos ya visten la camiseta del oficialismo.
El mileísmo emerge así como el nuevo eje de confrontación, desplazando el histórico kirchnerismo-antikirchnerismo. La nueva grieta ya no enfrenta al progresismo con la derecha tradicional, sino a quienes apoyan la visión refundacional de Milei contra quienes la resisten.
En ese tablero, los relatos culturales y simbólicos también están en disputa. Tanto el kirchnerismo como el mileísmo apuestan fuerte a la construcción de sentido: símbolos, épicas, enemigos claros. El escenario electoral empieza a perfilarse, y todo indica que los protagonistas principales ya están definidos.
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