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LA TRAMA DEL PODER

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Mañana llega un nuevo programa de La Trama, así que acá va un breve resumen del comentario editorial del último programa.

 La semana pasada reflexionamos alrededor de la temática “libertarios en guerra, una pelea destructiva”. Hubo dos echados, Francisco Paoltroni, senador; y Lourdes Arrieta, diputada. Además, hubo dos diputadas con un pie afuera del bloque de la Libertad Avanza, una es Marcela Pagano y la otra Rocío Bonacci. Sumado a esto, Victoria Villarruel tiene una relación rota con Milei, prácticamente no se hablan, Karina Milei la tiene apuntada a Villarruel y es tratada como una enemiga. 

Pueden ver el programa completo acá: https://lnmas.lanacion.com.ar/video/la-trama-31-de-agosto-2024-jwidhM3ILnNw/

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Esbirros. Milei, Yuyito y la prensa

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  • 5 de septiembre de 2024
  • 4 minutos de lectura
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Laura Di Marco

PARA LA NACION

Esbirros. Esa fue la palabra que usó Cristina Kirchner en 2023 en su descargo después de la condena por la causa Vialidad. Hablándole directamente al CEO del Grupo Clarín, dijo entonces: “Magnetto, puede darles la orden a sus esbirros de Casación y de la Corte Suprema de que me metan presa”. Aludía así a diciembre de 2023, cuando quedara desprovista de sus fueros.

Esbirros también era, curiosamente, la palabra preferida de Fidel Castro en su larga batalla cultural. La aplicaba a la disidencia y la usó con eficacia para construir una férrea hegemonía dentro de la isla. Esbirro es el equivalente cubano de “gorila”. ¿Su función? Estigmatizar, deslegitimar o quitarle la categoría humana al que es señalado como enemigo del pueblo.

Lo paradójico es que el último fin de semana fue Milei –nada menos– quien usó ese término estigmatizante para referirse a periodistas de la nacion. Raro. O, tal vez, no tanto: un anarcocapitalista outsider del siglo XXI apropiándose de las palabras de la batalla cultural del viejo y despreciado comunismo del siglo XX.

En nuestra democracia liberal, la Constitución garantiza el trabajo del periodismo de interés público, no de todo tipo de periodismo. ¿Y cuál es esa tarea? Investigar, observar y fiscalizar al poder. A cualquier poder. El periodismo profesional es –o debería ser– una herramienta de la gente, no de la política ni de ningún otro factor. A Milei, sin embargo, le cuesta comprender ese rol institucional. Confunde al periodismo populista –tal como lo caracteriza el catedrático Fernando Ruiz, profesor de Periodismo y Democracia de la Universidad Austral– con el profesional. El primero trabaja con la indignación y no distingue –o no le importa distinguir– entre la mentira y la verdad. Se dirige solo a su público, tal como lo hacen los políticos. El segundo, en cambio, se maneja con datos y fundamentos, y sigue protocolos para chequear la información. Y, tal vez, lo más importante: matiza. Milei se marea con ambos.

Confunde, también, un error involuntario con una “operación” malintencionada. O con una mentira. Interpreta una crítica sana con el síndrome de abstinencia de la pauta. Etiqueta como “ensobrado” a cualquier periodista que lo cuestione. Asocia un amable off the record –las charlas informales de las que se nutre el periodismo político– con el forjamiento de una amistad y luego se enoja cuando ese mismo periodista, días más tarde, lo critica públicamente. Es entonces cuando se siente brutalmente traicionado y sobrerreacciona como un niño herido.

“Lo curioso es que los ‘ensobrados’ siempre son los que lo critican”, apunta Ruiz. Claro que el Presidente tiene derecho a criticar, defenderse o desmentir. Lo que no puede es insultar, estigmatizar o deslegitimar el rol institucional de la prensa porque eso lo acerca peligrosamente a la “jefa de la banda”, tal como él mismo definió a Cristina Kirchner y sus seguidores.

A esta convivencia tóxica, Milei le agrega un ingrediente central: las redes sociales. Los periodistas han perdido el monopolio de la palabra, deduce, y por eso están celosos.

El Presidente no lee diarios, solo repasa títulos y se informa a través de redes. ¿Las redes democratizan la palabra, como cree Milei? El politólogo Lucas Romero dice que no. Por varias razones: son terreno fértil para el hostigamiento, vehiculizan noticias falsas y, a la vez, se nutren de los diarios o medios tradicionales.

Al frente de la consultora Synopsis, acerca: apenas un 15 o 20% de la sociedad utiliza X. Sin embargo, afirma Romero, la ex-Twitter funciona como agenda setting. Es decir: ocupa el rol que antes tenían las tapas de los diarios o los programas de radio de la primera mañana instalando los temas de la conversación pública.

Milei se mira en el espejo de Menem, al punto de que ha elegido de novia a una de sus exparejas, Amalia “Yuyito” González. Pero a Yuyito, a diferencia del Presidente, le encanta el juego del periodismo. Tanto que del noviazgo presidencial ha hecho una crónica cotidiana.

Claro que la estigmatización mileísta de la prensa no debería ocultar los pecados propios. Cuando Yuyito reinaba como ícono sexual, en los 90, el periodismo vivía su época dorada. “Hoy no es así –admite Fernando Ruiz–; es evidente que una gran parte de la sociedad percibe que el periodismo es un lugar donde se hace la política, por eso la prensa comparte el mismo desprestigio que su dirigencia”. En una palabra, la gente cree en ciertos periodistas, pero no tanto en el periodismo como institución.

El proceso de desinflación hace que los descuidos institucionales se vean como temas menores. Y en ese alto liderazgo de popularidad, pareciera que a Milei se le perdona casi cualquier cosa. Pero la historia es buena consejera: si el Presidente mirara hacia atrás, se daría cuenta rápidamente de que nada, pero nada, es para siempre.

Laura Di Marco

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DE IDA Y VUELTA: SÁBADO 13

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“Primer mes de Milei en el poder. Claroscuros de un presidente atípico”, mi editorial.

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Laura Di Marco: “El extraño experimento de un Menem sin plata”

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El editorial de Laura Di Marco en La trama del poder, por LN+

2 de diciembre de 2023 20:48

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Laura Di Marco

PARA LA NACION

Faltan 8 días para que asuma el nuevo presidente que, según su propia definición es un “menemista” aggionardo. Yo no soy un gorila, le dijo Milei a Alberto Fernández, cuando lo visitó en Olivos. “Soy un menemista. Menemista libertario”, podríamos decir. Pero es un menemista raro.

Lejos de la pizza y el champagne, los gastos ostentosos y el despilfarro de los noventa, este nuevo Menem no tiene plata. Ya hay remeras con el nuevo mantra de la era mileísta. Pasamos de “no fue magia” al “no hay plata”.

"No hay plata", las remeras de los seguidores de Milei
“No hay plata”, las remeras de los seguidores de Milei

El presidente electo se cansó de decirlo en entrevistas esta semana, como cuando les pidió a los gobernadores que corten los gastos superfluos para pagar el aguinaldo:

La pregunta que todos nos hacemos es: ¿qué va a pasar en la calle? ¿Cómo la van a controlar cuando la motosierra empiece a funcionar? El 19 y 20 de diciembre los Belliboni de la vida preparan la primera marcha contra el presidente electo, a menos de 10 días de asumir.

Sin embargo, te quiero mostrarte algo muy novedoso y muy importante que pasó hoy. Es una que le hace Nicolás Balinotti en LA NACION, Facundo Moyano, hijo de Hugo y secretario del gremio de los peajes.

Pero Moyano junior va más allá. Se mostró abierto a una reforma laboral, a privatizar las empresas públicas. Criticó la pasividad de la CGT durante el gobierno de Alberto Fernández y habló de un recambio generacional en el peronismo.

Esto es realmente una novedad porque, como sabes, históricamente el sindicalismo peronista siempre quiso comerse a los gobiernos no peronistas y, en la mayoría de los casos, lo logró.

¿Será que Milei, al definirse como menemista, no despierta tanta resistencia en el peronismo, como despertaba Macri? ¿Será por eso que el Papa lo llamó a Milei cuando ganó, le prometió que iba a rezar por él, y a Macri solo le dedicó caras de desprecio? Preguntas.

Dos nuevas definiciones muy importantes en el gabinete de Milei de las últimas horas: la sorpresa de Martín Menem, un libertario puro, para presidir de la Cámara de Diputados. Es sobrino de Carlos Menem e hijo de Eduardo.

La confirmación de Martín Menem como el futuro presidente de la Cámara de Diputados de la Nación
La confirmación de Martín Menem como el futuro presidente de la Cámara de Diputados de la Nación

Con esta designación se salda, entonces, la pelea entre Cristian Ritondo, que venía apadrinado por Mauricio Macri y que le prometía un piso mínimo de 90 diputados de Juntos por el Cambio y Florencio Randazzo, apalancado por Guillermo Francos y el cordobés Juan Schiaretti, con buenos contactos con legisladores y gobernadores del peronismo.

Pero, ¿es una buena idea Martín Menem para presidir Diputados? Te digo quién está contenta con un libertario puro al frente de la Cámara: Cristina Kirchner, es lo que ella quería. ¿Por qué? Porque los libertarios no tienen experiencia, tampoco votos, lo que le deja espacio a ella para soñar con que los viejos lobos de mar del peronismo -manteniendo el bloque unido- van a seguir manejando una Cámara clave. La maldad y la astucia, en el mal sentido, es parte de su kit de supervivencia.

Y otra sorpresa: otro libertario puro propuesto para presidir el Senado, puesto clave porque es el tercero en la línea sucesoria. Es Francisco Paoltroni, un empresario agropecuario formoseño que se metió en política en el sultanato de Gildo Insfrán y desplazó a la UCR como principal fuerza opositora.

En las últimas 48 horas estalló el divorcio del año y no es en la farándula. Es en la política y bien cerquita de Milei. La pelea entre Patricia Bullrich y Mauricio Macri. ¿Será definitiva? ¿Y por qué nos interesa? Por la gobernabilidad de Milei.

"Entran y salen"
“Entran y salen”

Se supone que tanto Macri, como Bullrich, confirmada como ministra de Seguridad de Milei, eran el ala “halcón” de Juntos por el Cambio que garantizaban una especie de co-gobierno con Milei. ¿Y ahora?

Macri publicó una carta, llena de mensajes cifrados, para felicitar a Luis “Toto” Caputo y a Patricia Bullrich como ministros de Milei. Subrayó que se incorporan “a título personal” al gobierno libertario.

Otra que tampoco debería hacer predicciones:

Esta semana circuló mucho una palabrita económica que el propio Milei tiró: “estanflación”, la pregunta del millón: ¿cómo va a hacer Milei para hacer el ajuste fiscal, los famosos cinco puntos del PBI, que proclama?

Mejor dicho: ¿cómo va a hacer para ajustar los gastos de la político y no los tuyos o los de tu familia? Ese es uno de los misterios de su plan.

Una de las medidas que propone es cortar la intermediación de los gerentes de la pobreza. En una palabra, la que se llevan los Belliboni de la vida porque cuando Milei habla de eliminar intermediarios, está hablando del ajuste de la política y significa, como me lo contaba José Luis Espert en una entrevista, a un achicamiento de medio punto del PBI. Estás a 8 de días de la asunción de un Menem libertario y sin plata. Nueva etapa, algunos entran, otros se van.

Laura Di Marco

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