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Milei y Tucker Carlson, los nuevos gurúes de la derecha

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13 de septiembre de 202317:23

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Laura Di Marco

PARA LA NACION

Tucker Carlson, el polémico periodista norteamericano que viajó a la Argentina para entrevistar a Milei, cenó con cinco personas en un restaurante de Puerto Madero el último miércoles y se encontró con una cuenta de 75.000 pesos. “Casi 100 dólares; prácticamente lo que cobra por mes un jubilado –le informó uno de los asesores del libertario que lo acompañaban–. Y el mes que viene, esto mismo va a valer un 10% más”. El norteamericano quedó aturdido. Y solo cuando se recuperó preguntó lo obvio. ¿Cómo se puede vivir así? Luego pidió visitar una “cueva” para entender algo más sobre la lógica de un país ilógico. Un país destrozado, con casi el 40 por ciento de sus ciudadanos fuera del sistema, que lógicamente incubó a un candidato antisistema.

Los mileístas que lo guiaron en sus dos frenéticos días en la Argentina le explicaron algunos secretos poco analizados del fenómeno Milei. Un sector importante de la Argentina trabaja y vive en negro, no está bancarizado, acude al trueque o al canje. Pero este mundo paralelo o antisistema, podríamos decir, no sucede solo en la villa 31, donde el trueque, en las ferias, es moneda corriente. No. Sucede en la pujante clase media, ahora venida a menos. Desde hace un par de años, y por los precios astronómicos de la ropa nueva, surgieron ferias alternativas, puntos de intercambio de ropa de marca, adonde acude la clase media para dejar sus prendas (que obtuvo cuando aún podía darse el lujo de comprar ropa de marca) y las deja en consignación. También puede intercambiarlas por dinero o por una suerte de cupo para llevarse otras prendas, también usadas, pero en buen estado.

En una palabra: la clase media también reinventó su propio sistema de supervivencia tratando de mantener, como puede, un nivel de vida que cada vez le cuesta más sostener. Un fenómeno difícil de percibir para quienes aún tienen mucho para perder. “Lo de las ferias de la clase media suena lógico –afirma Fernando Cerimedo, estratega comunicacional de La Libertad Avanza–. Un pantalón en un shopping te sale 80.000 pesos, por eso los centros comerciales están vacíos. La gente común no vota a Milei porque es de derecha. La cuestión no es ideológica. La gente lo vota porque va al súper y no puede comprar un bife de chorizo y luego ven en la tele a un candidato que grita eso que le pasa. La gente razona: este siente lo mismo que yo”.

Entre otros emprendimientos, Cerimedo es dueño de La Derecha Diario, un periódico en espejo con La Izquierda Diario. Figura como uno de los principales aportantes en la campaña de La Libertad Avanza, tal como publicó recientemente la nacion. Antes, había sido consultor de Patricia Bullrich hasta que, según su versión, se apartó de la candidata de Juntos por el Cambio porque no definió “halconizarse” lo suficiente y a tiempo. Milei le terminó arrebatando la idea de cambio radical y Patricia debió conformarse con encarnar la idea de “orden” y “coraje”. ¿Le resultará suficiente? Cerimedo también había asesorado al candidato derechista Franco Parisi en las últimas elecciones chilenas, donde las coaliciones tradicionales quedaron rezagadas frente al avance de postulantes antisistema por derecha y por izquierda. Parisi hizo toda su campaña en forma virtual, nunca puso un pie en Chile y quedó tercero. ¿Por qué? Por la misma razón que Milei e, incluso, que Boric, el triunfador de esa contienda. Resultó que el jefe del Estado chileno es un presidente que encarna a la izquierda, sí, pero a una izquierda muy diferente de la clásica latinoamericana. Todo lo clásico parece estar muriendo. Parisi tuvo éxito en su campaña por internet desde Estados Unidos justamente porque se opone a lo tradicional.

Pero ¿cómo fue que Carlson se interesó por un libertario del fin del mundo? El nexo con el mundo mileísta fue el actor mexicano y activista de derecha Eduardo Verástegui, un fervoroso militante contra el aborto y flamante candidato a presidente recientemente inscripto en el país azteca.

Con más de 10 millones de seguidores en la plataforma X (ex-Twitter), a través de la cual difunde sus entrevistas con líderes de perfil internacional –la última con Donald Trump logró una audiencia de 300 millones de personas–, el tour argento de Carlson le sirvió de insumo para el mano a mano de una hora cuarenta con Milei.

La entrevista fue grabada en una locación alquilada especialmente para la ocasión. En 2021, la revista Time había destacado a Carlson como “el conservador más poderoso del país”, mientras se revelaba como un aliado crucial de Trump.

Pero ¿hablamos de liberalismo o de conservadurismo? Los nuevos líderes de la derecha o la ultraderecha son muy distintos entre sí, en una gama que va desde posiciones muy conservadoras, como la militancia en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, hasta posturas ultraliberales, como la propuesta de crear un mercado de compraventa de órganos humanos. Así, el chileno Juan Antonio Kast se perfila mucho más conservador que Milei; Bolsonaro integró la “casta” política brasileña durante años, con sucesivos cargos en el sistema carioca, y Trump es un exótico megamillonario mediático desde hace décadas. Todos son parecidos, pero también muy diferentes.

Carlson se negó a grabar la entrevista en inglés, aunque Milei se lo propuso: quiso sentir la intensidad del candidato en su lenguaje original, así que optó por contratar a un buen intérprete. El norteamericano, que fue la cara de Fox News desde 2016 hasta este año (la cadena lo apartó de su staff por difundir noticias sobre un supuesto fraude en las elecciones estadounidenses de 2020), caminó las calles porteñas, habló con la gente que encontró a su paso y también entrevistó a Diana Mondino. Según los asesores de Milei, las preguntas no se acordaron previamente. Una frase del libertario impactó especialmente en el showman norteamericano. “Digo lo que pienso y hago lo que digo”. Aunque es verdad, también, que Milei fue moderando sus opiniones en sus declaraciones post-PASO, del mismo modo que Trump nunca erigió el muro con México que había prometido en campaña.

En la larga previa a la grabación, el líder de LLA le prometió a su entrevistador que, una vez que logre el “gran cambio” en la Argentina, se irá a su casa. Dejó entrever que no está allí por la plata sino por el bronce, aunque, claro, no lo dijo en esos términos, pero esa fue la idea. Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre, es su eslogan estrella. Tal fue el impacto del anuncio del mano a mano Milei-Carlson que, hasta Elon Musk, el megamillonario dueño de X, había elogiado inicialmente con un tuit en su propia plataforma, aunque después pareció arrepentirse y lo borró. Milei se apropió de lo que visualizó como un apoyo de Musk y subió la apuesta: “¡Ambos (Carlson y Musk) son más que bienvenidos a venir a la Argentina el próximo año si tenemos éxito!”.

Ni el propio Milei esperaba la performance que tuvo el 13 de agosto. “Y ahora es un bilardista, tampoco da por ganada la elección”, afirman cerca de él. La noche anterior a las PASO, en una cena con los más cercanos, nadie creía realmente que Milei pudiera rozar siquiera el 30%. La novedad es que la derecha salió del clóset. No solo no se oculta la filiación, sino que además hay una reconfiguración de su significado. Tanto, que sus mentores tildan de “demagogos” a quienes se definen en el “centro”. El centro no existe, diagnostican: o sos de izquierda o sos de derecha.

La llave parece estar en los caídos del sistema, que eligieron saltar al vacío esperando que el paracaídas funcione. ¿Y si no? Nadie lo sabe.

Laura Di Marco

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Los insultos de Milei, ¿espejo del argento?

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PARA LA NACION

El lunes por la noche, en la Fundación Faro y ante una audiencia amiga, Milei tomó una decisión audaz para su escudería: entrar en abstinencia de insultos. Una jerga a la que tiene adicción, ya desde sus tiempos de panelista. Algún adicto podría decirle, como ocurre en los grupos que tratan los consumos problemáticos: solo por hoy. Es decir, veremos si logra despojarse en el tiempo –y en medio de una campaña electoral violenta– de una fórmula que lo hizo fenomenalmente popular y que logró establecer un puente comunicacional eficaz con una Argentina en la que, desde hace 15 años, seis de cada diez ciudadanos no terminan el colegio secundario en tiempo y forma.

Los insultos presidenciales, ya una marca registrada del mileísmo, expresan además una cruzada identitaria contra el correctismo político. O contra la hipocresía de la “casta” que, en la narrativa presidencial, arrasó al país, pero –eso sí– con buenos modales. Ese es su caballito de batalla contra los “sommeliers” de las formas que “carecen de ideas”.

La promesa de abstinencia vino después de un extenso relevamiento que hizo La Nación el último fin de semana, en el que contabilizó 611 insultos en los últimos 100 días, 57 de ellos relacionados con el sexo anal. La andanada, según muestra la exploración, se fue radicalizando y creciendo, igual que sus seguidores. Ejemplo: la mayoría de los insultos fueron lanzados en el streaming del “Gordo Dan”, acaso uno de sus más violentos tuiteros. “El Gordo Dan” también fue cambiando su tonalidad: de médico genetista que ayudaba a los niños –una suerte de “Santi” Maratea de la derecha– a odiador serial.

Como rememora el analista internacional Álvaro Zicarelli, quien se asume públicamente como gay y que participó activamente, entre 2020 y 2023, del protomileísmo, Daniel Parisini (el nombre verdadero de “Dan”) era un médico que tenía, sí, un discurso anticomunista, conservador, antivegano y sobre todo apuntado contra el correctismo político, pero de ningún modo tenía posiciones discriminatorias hacia los homosexuales. Intelectual muy cercano al fallecido Juan José Sebreli, Zicarelli argumenta: “De lo contrario, jamás se habría sentado conmigo”.

Una escena reciente revela hasta qué punto la violencia verbal y la cultura de la discriminación hacia las diversidades sexuales empiezan también a permear o, tal vez, a habilitar emocionalmente a un sector de la sociedad que se sentía inhibido por los modos del wokismo.

“Participo de muchas mesas de varones –confiesa un hombre relevante del mundo editorial– y lo que hace cinco años era impensable hoy se puede decir. Escucho, atónito: ‘Ese puto, ¡quién se cree que es!’, o ‘a esa puta la conozco’, ‘fulana es una loca’”. El editor del que hablamos no tiene dudas de que si Milei es reelegido estaremos ante un sociedad extremadamente más violenta e intolerante.

Es cierto que, como apunta provocativamente el consultor Jorge Giaccobe, del otro lado del mostrador hay más “Mileis que Kovadloffs”. Es decir, Milei le habla a un amplio sector de la sociedad que se le parece y lo hace en su propio lenguaje. Pero es igual de cierto que desde lo más alto del liderazgo político se puede extraer lo mejor o lo peor de las personas. Sucede como en la vida: hay personas que sacan nuestra mejor versión y otras que nos conectan con nuestra más profunda oscuridad. Al argento que tira la basura en plena avenida Santa Fe no se le ocurriría arrojar ni una pizca de papel sobre la Quinta Avenida.

¿Alguien dejaría de votar a Milei por sus insultos? Hoy seguramente no. No mientras mantenga a raya la inflación y ordene la macroeconomía. Pero, como dice el encuestador Lucas Romero, si el Presidente se mantuviera en silencio ganaría en imagen positiva. Dicho de otro modo: la violencia verbal no le quita votos, pero le impide sumar más.

Milei, como Cristina Kirchner, está convencido de que se discuten sus formas porque la oposición –y eventualmente cualquier detractor– carece de ideas. Cristina le daba otra vuelta a esa narrativa: se fijan en el tamaño de mi cartera, ha dicho decenas de veces, porque lo que les molesta es el fondo. Es decir, las políticas del kirchnerismo que, según ella, mejoraron la redistribución del ingreso. Convengamos, sin embargo, que al lado de Milei Cristina es la condesa de Chikoff.

Ocurre que las formas nunca están desligadas del fondo. ¿O acaso la forma que eligió el kirchnerismo para construir poder –la corrupción– no contaminó el fondo de ese proyecto político? El 80% de lo que lastima no es tanto lo que se dice, sino cómo se lo dice. El cómo siempre hace al qué.

Es cierto, como dice Giaccobe, que el tono emocional de los principales bandos que hoy hablan de política es violento. Pero también lo es que la agresividad verbal de Milei es un parteaguas: la mitad de la Argentina la rechaza, sobre todo ese 26% que votó en primera vuelta a Patricia Bullrich y luego se volcó por él. Los “viejos meados”, en palabras del “Gordo Dan”.

Los años por venir definirán si aquel editor espantado en una mesa de varones antiwoke –identificados con la derecha conservadora– tiene razón o si la sociedad se harta de la marea violeta y fabrica los anticuerpos necesarios para preservar el corazón de una democracia: el respeto por la otredad.

Por Laura Di Marco

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Narrativa y misticismo, el triángulo esotérico del Presidente

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PARA LA NACION

Laura Di Marco

Santiago Caputo, el mago del Kremlin, el monje, las manos del rey, tiene tatuada en la espalda la psicografía del Hombre Gris dibujada por el vidente argentino Benjamín Solari Parravicini. Una psicografía o predicción que presuntamente advertía, décadas antes de que sucediera, el advenimiento de Javier Milei, el hombre que salvaría a la Argentina.

Al menos así surge de la interpretación del grupo Las Fuerzas del Cielo o el llamado Grupo de los Seis, jóvenes tuiteros que rodean al asesor estrella del Presidente, fanáticos de Parravicini, liderados por Agustín Romo y el Gordo Dan. De hecho, fue Romo quien le regaló a su jefe dos gigantografías que Caputo luce en su despacho: las de El Hombre Gris y Faro de Faro. De ahí el nombre de su fundación, Faro. Romo es un gran batallador en contra de la “ideología woke”.

Misticismo y política cada vez se tejen con más nitidez en la narrativa libertaria, en la que el Presidente está rodeado, más que por un triángulo de hierro, por un triángulo esotérico. Es en este contexto en el que hay que comprender la reciente reunión, en su oficina de la Casa Rosada, entre Santiago Caputo y la sobrina nieta de Parravicini, Marcela Podestá Costa. La invitada fue recibida durante dos horas y homenajeada con una selfie, en la que se recorta, detrás, la gigantografía del Hombre Gris, la misma que el consultor se tatuó en el cuerpo cuando prometió (y acertó) que el libertario saldría primero en las PASO de 2023. La anécdota es relatada en Las Fuerzas del Cielo (Planeta), el próximo libro del periodista Juan Luis González, quien ya antes había publicado la exitosa biografía presidencial El Loco.

En esta cosmovisióntambién muy presente en la hermana presidencial, Milei, más que un líder político, sería una suerte de enviado por el “Uno” –así llama el Presidente a Dios– y también blindado por él. Los intelectuales y políticos que se quejan del poco cuidado institucional de LLA deberían observar la escena desde este panóptico libertario: solo desde ese sitio todo se decodifica mejor. Del mismo modo hay que leer la frase de cabecera presidencial, que no es política, sino espiritual: “La victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo”. Una cita del Libro de los Macabeos. Un dato revelador: en el debut de la agrupación Las Fuerzas del Cielo, en noviembre pasado, los jóvenes mileístas lucieron el pin de la “cruz orlada”, otro fetiche de la simbología de Parravicini. La misma cruz fue exhibida por Caputo y su tropa en la última apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso.

No es la primera vez que Podestá Costa visita la Casa Rosada. Hace un año, también se reunió con los hermanos Milei en la Casa Rosada, a quienes les llevó como obsequio aquella cruz insignia de su tío abuelo, aunque luego se quejó por su uso político. Contradicciones esotéricas.

Los caprichos del destino conectan a Parravicini con la astróloga Ludovica Squirru. El abuelo de Ludovica, Carlos Squirru, era amigo del Nostradamus argentino. Parravicini le llevaba sus revelaciones, canalizadas según Parravicini, por el arcángel San Gabriel.

Adentrarse en el mundo de los hermanos Milei es alumbrar un territorio en el que la política, lo público, lo privado y sobre todo lo místico se funden en un mismo universo. Las fronteras son difusas y confusas. Las lógicas, diferentes de todo lo conocido. Se trata de un territorio plagado de brujos, rabinos esotéricos, revelaciones, apariciones y terapias alternativas, muchas de ellas convalidadas y adoptadas por parte de la sociedad –es importante recalcarlo–, sobre todo por las clases medias urbanas. La ciencia tradicional es otro blanco de esta cultura emergente.

En su reciente biografía sobre Karina Milei (Karina. La Hermana. El Jefe. La Soberana, de Editorial Sudamericana), Victoria De Masi, su autora, relata cómo se suben o se bajan peldaños en La Libertad Avanza. “Karina te escanea y sabe –advierte De Masi–. Si tu energía es baja, es suficiente para que te expulsen del movimiento. Lo importante para ellos es vibrar alto”. Podría traducirse con otra frase de Milei: “Los argentinos de bien”. Otra frase de la cultura espiritual, no de la política tradicional. Lo mismo podría decirse del nombre que les otorga a sus enemigos. A Larreta lo ha bautizado “El Siniestro” y a los “zurdos”, “enfermos del alma”.

El historiador italiano Loris Zanatta diría que todos los populismos son, en el fondo, mascaradas de religiones que dividen al mundo entre buenos y malos. Y que cada populismo tiene a sus propios buenos y malos.

Juan Luis González cuenta en El Loco que Milei padeció una profunda crisis personal en la pandemia. Durante aquella peste habían fallecido su terapeuta y uno de sus cinco perros, clonados de Conan. De aquella crisis lo rescató su hermana Karina. Tan mal estuvo que su hermana lo llevó a vivir nuevamente a la casa de sus padres, los mismos a quienes Milei ha reseñado, más de una vez, como los verdugos de una infancia violenta.

Fue en ese lapso, cuenta González, cuando el líder libertario sufrió una revelación, supuestamente de Dios: sería presidente en 2023. Poco antes de la pandemia, suma De Masi en su trabajo de investigación, la misma “revelación” fue hecha a los hermanos por el Brujo Gustavo, un extraño personaje que se acercó en 2018 al entorno mileísta, pero que luego terminó traicionando a Javier. El mismo mensaje le trajo el rabino ortodoxo Axel Wahnish, el guía espiritual que parece haber reemplazado a su terapeuta fallecido durante la pandemia.

Pero atención que Parravicini es el rockstar de Santiago Caputo y la guardia pretoriana digital joven de Milei, no de Javier ni de Karina. Ellos, en todo caso, lo adoptaron y tienen otros referentes. Así lo describen los periodistas Manuel Jove y Maia Jastreblansky en El Monje, la verdadera historia de Santiago Caputo, el guionista de Milei (Planeta), otro texto que el mercado editorial lanzará en abril para la Feria del Libro. Allí, los autores se zambullen en el más enigmático personaje del mundo libertario y de sus seis adláteres: Macarena Alifraco, la más influyente al lado del operador; El Gordo Dan; Agustín Romo; Juan Doe, Tomás Jurado y Lucas Luna (Sagaz, en X). Todos ellos se conocieron en el territorio digital, aunque Ramiro Marra hizo, luego, de nexo. Si La Cámpora se movía entre blogs, Las Fuerzas del Cielo orbita entre los tuits.

Treintañeros casi todos, comparten guiños esotéricos generacionales y una fascinación por los signos y símbolos del Imperio Romano, íconos que circulan, por ejemplo, en juegos online entre los jóvenes de su generación. Por caso, una de las cuentas que se le atribuyen a Santiago Caputo lleva como nick @MileiEmperador. Series como Peaky BlindersGame of Thrones o la saga de Star Wars forman parte de la estética joven libertaria y, por qué no, de esta nueva forma de hacer política.

Jove cuenta que Lucas Luna le regaló a su jefe un prendedor de la simbología de Star Wars: las manos del Rey. Los jóvenes ya preparan un manual fundacional de la doctrina libertaria, Las Epístolas del Cielo, cuya tapa anda circulando por X. Académicos tradicionales, abstenerse: la cultura popular hollywoodense, unida a un particular misticismo, ha llegado al poder.

Con la democracia liberal en crisis, si alguien pretende comprender a este animal político exótico que es Milei –y sus seguidores– con categorías del siglo XX, fracasará. Para adentrarse en esta nueva lógica, mejor desentrañar al maestro Yoda o a su discípulo Luke Skywalker, un redentor o un elegido de La Fuerza. En este caso, de Las Fuerzas del Cielo. La lucha ya no es –desde hace rato– entre izquierdas y derechas, dirían los libertarios, sino, como en La guerra de las galaxias, entre la luz y la oscuridad.

Por Laura Di Marco

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Filosofía carnívora: las paradojas de Trump y Milei

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Envalentonado por el triunfo del norteamericano, Milei no dudó en acusar a los inmigrantes de asesinos, a los gays de abusadores de menores y a las feministas de practicar la pedofilia

  • 23 de enero de 2025

La primera paradoja de un libertario como Javier Milei es haber tomado de un neomarxista la idea central de su discurso en Davos. ¿Y eso? Así es. Milei desplegó a tope, en Suiza, la idea de “batalla cultural” creada por el italiano Antonio Gramsci. Pero la cosa no quedó ahí. Gramsci también ha sido cultor del concepto de “hegemonía” (contrario a la “vieja” democracia liberal, que promueve la diversidad política, cultural, religiosa y sexual), que también parece gustarle al presidente argentino, como se desprende de uno de sus últimos tuits, en el que prometió salir a buscar, hasta el último rincón del planeta, a los “zurdos hijos de puta”. Gramsci sería un candidatazo de esa imaginaria cacería.

La segunda paradoja es que el líder que, en poco más de año, destapó gran parte de la mugre de un sistema corrupto como el kirchnerismo y combatió el mayor impuesto a la pobreza, como es la inflación, no dude en meterse en una batalla tan oscura como lo es transformar en perversiones los mejores derechos ganados por las democracias occidentales. Porque realmente hay que retroceder muchas décadas para encontrar un discurso tan reaccionario en el plano moral como el que esbozó Milei ayer en la cumbre de Davos. Exposición en la que, paradójicamente, difuminó sus verdaderos éxitos y las reales razones por las que fue votado: el ordenamiento de la macroeconomía, la “doma”, en lenguaje mileísta, de piqueteros y gerentes de la pobreza o las muy buenas expectativas de crecimiento para este año.

Milei considera que el aborto fue “inventado” con la excusa de que el aumento de la población terminaría con el mundo, pero el resultado, concluyó, es que “ahora los nacimientos son cada vez más escasos”
Milei considera que el aborto fue “inventado” con la excusa de que el aumento de la población terminaría con el mundo, pero el resultado, concluyó, es que “ahora los nacimientos son cada vez más escasos”- FABRICE COFFRINI – AFP

Por el contrario, y envalentonado por el triunfo de Trump, Milei no dudó en acusar a los inmigrantes de asesinos, a los gays de abusadores de menores y a las feministas –en su “versión más extrema”, según aclaró– de practicar la pedofilia. Lo sorprendente es que, en la red de su amigo Musk, muchos de sus seguidores negaban que Milei haya dicho lo que, en verdad, dijo. Cada cual recorta al Milei que más le gusta o escucha lo que quiere escuchar.

Hay que retroceder muchas décadas para encontrar un discurso tan reaccionario en el plano moral como el que esbozó Milei ayer en la cumbre de Davos

Es curioso escuchar sus reflexiones sobre el aborto. El Presidente considera que fue “inventado” con la excusa de que el aumento de la población terminaría con el mundo, pero el resultado, concluyó, es que “ahora los nacimientos son cada vez más escasos”. La paradoja es que él mismo eligió no tener hijos porque sufrió siendo hijo, según relató él mismo en varias entrevistas. Es decir, ejerció un derecho, el mismo que parece negarles ahora a las mujeres: el de querer ser madres o no.

LAS 10 Frases Mas Destacadas Del Discurso De Milei
LAS 10 Frases Mas Destacadas Del Discurso De Milei

En términos de la construcción de una narrativa desapegada de los datos, convengamos en que Milei no tiene nada para envidiarle a Cristina, sobre todo cuando habla de temas que le son completamente ajenos: ecología, derechos de las mujeres, reproductivos, diversidad sexual. Ignora datos sin mosquearse, aunque es extremadamente exitoso con sus palabras, si lo medimos en términos de cuántos le creen.

¿Acaso mujeres y hombres no son perfectamente iguales en un mundo libre?, se preguntó en Davos. Si en lugar de mirar dentro de su propio dogma indagara en los datos, vería los resultados del propio World Economic Forum: en un relevamiento realizado en 156 países llegó a la conclusión de que las mujeres están a 267 años de distancia de la real paridad en términos económicos. Al margen de que la pobreza no solo es de dinero, sino de tiempo.

Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos
Javier Milei en el Foro Económico Mundial de DavosFABRICE COFFRINI – AFP

En la última Encuesta Nacional de Uso del Tiempo se revela que las mujeres emplean más de seis horas de su día en tareas domésticas y de cuidados de otros, contra tres de los varones. Tiempo restado a la construcción de, por ejemplo, una carrera profesional. La inequidad es tan obvia y constatable como afirmar que el agua moja. ¿Será que, en este caso, Milei no la ve?

En Davos, el Presidente se entrevistó con los hombres más poderosos del mundo: James Quincey, de Coca Cola; Elon Musk; Mark Zuckerberg, CEO de Meta; Sam Altman, número uno de Open AI; Sundar Pichai, CEO de Google; Tim Cook, director ejecutivo de Apple, y Marc Benioff, CEO de Salesforce. Todos varones megamillonarios. Por eso resulta, incluso, gracioso cuando afirma que el feminismo busca “privilegios”, cuando, en verdad, ONU Mujeres revela que el 70% de la pobreza en el mundo es femenina. De nuevo, pobreza de tiempo y de dinero.

Un relevamiento realizado por el Foro Económico Mundial en 156 países llegó a la conclusión de que las mujeres están a 267 años de distancia de la real paridad en términos económicos. Al margen de que la pobreza no solo es de dinero, sino de tiempo.

Otra paradoja divertida: los gigantes tecnológicos que Milei ama tienen cupo femenino para el alto liderazgo, dentro de la cúpula de sus propias corporaciones. ¿Se lo habrán contado a Milei?

Desde que asumió como dueño de la Casa Rosada, solo se dejó entrevistar por periodistas argentinos varones que él mismo selecciona, a excepción de estrellas televisivas como Mirtha Legrand o de su actual novia, Yuyito González. Esa exclusión no solo es desigualdad; también es violencia.

Y, sin embargo, la paradoja es que Milei ha colocado a mujeres en lugares de enorme empoderamiento, como a su propia hermana, a quien nombra en masculino: El Jefe. Un ejemplo reciente desnuda el poder de Karina. Cuando hace pocos días el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, se reunió con el líder libertario para anunciarle el pase a sus filas, Milei se entusiasmó: “Me encanta –le dijo– pero antes hay que preguntarle a Kari”.

Pero no solo es Kari. A su lado también brillan las ministras Patricia Bullrich y Sandra Pettovello, además de nuevas figuras libertarias como la propia vicepresidenta, Victoria Villarruel, Juliana Santillán o Emilia Orozco, entre muchas otras. En el mundo de Cristina Kirchner, feminista de la última hora, pocas mujeres brillaron de ese modo. Ella se ocupaba de opacarlas.

Mlei ha colocado a mujeres en lugares de enorme empoderamiento, como a su propia hermana Karina, a quien nombra en masculino: El Jefe
Mlei ha colocado a mujeres en lugares de enorme empoderamiento, como a su propia hermana Karina, a quien nombra en masculino: El JefeMELINA MARA – POOL

En el verano de 2023, dos gemelas argentinas se arrojaron del tercer piso de un edificio en Barcelona a raíz del bullying que sufría una de ellas por su orientación sexual. Por eso es estigmatizante y peligroso anudar homosexualidad con pedofilia en boca de un presidente, en un escenario mundial como Davos, como intentó hacerlo Milei relatando un solo caso de un matrimonio de homosexuales que abusaba de sus hijos adoptivos.

La paradoja es que Milei ha colocado a mujeres en lugares de enorme empoderamiento, como a su propia hermana, a quien nombra en masculino: El Jefe

La realidad es al revés, tal como le recordó en un tuit el “lilito” Maximiliano Ferraro, quien lo invitó a echarles un vistazo a los datos del Ministerio Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires: la mayoría de los abusos contra niños y niñas son perpetrados por hombres heterosexuales y dentro de la propia familia. “¿Acaso no saben que la mayoría de los presos son hombres?”, volvió a interrogarse Milei, en Suiza. Tal vez habría que recordarle que algunos de ellos lo están por matar mujeres. En la Argentina, una mujer es asesinada por día por su pareja heterosexual.

Trump, su padrino mundial, también es un cúmulo de paradojas. Una de sus frases predilectas es: “Cuando alguien te reta, lucha. Sé brutal, sé duro”. Y, sin embargo, podría devenir en un líder global pacificador, con su promesa de dejar de financiar guerras por fuera de las fronteras de los Estados Unidos. Mientras, líderes más “humanos”, como Obama o Clinton, las incrementaron.

“¿Por qué odia tanto? Tiene que haber una explicación personal”, reflexionó el reconocido sociólogo francés Olivier Alexandre ante Luisa Corradini, la enviada especial de LA NACION a Davos. Alexandre da en el clavo porque esa razón existe y está en su infancia: Milei padeció a un padre que le dedicaba frases hirientes e insultos como “inútil”, “inservible”, “nunca vas a llegar a nada”. Como suele suceder con todos los líderes, varias de las razones de sus políticas acechan, escondidas, en los hechos de sus biografías.

Por Laura Di Marco

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