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Laura Di Marco, sobre Javier Milei: “Tiene puntos de contacto con las biografías de Macri y Cristina”
En la mañana de Radio Mitre, Eduardo Feinmann habló con la periodista Laura Di Marco, quien tuvo la posibilidad de ingresar en la casa de Javier Milei.
En la mañana de Radio Mitre, Eduardo Feinmann habló con la periodista Laura Di Marco, quien tuvo la posibilidad de ingresar en la casa de Javier Milei para realizarle una entrevista para La Nación.
“Entré en la casa de Milei. Vive en Benavídez, en un barrio privado. Es una casa extraña. Vive con cinco mastines ingleses del tamaño de un pony. Pesan casi 100 kilos cada uno. Tienen nombres de economistas. El primero se llama Conan, en honor a un guerrero bárbaro”, señaló Di Marco.
Y continuó: “Los tiene distribuidos en dos cuartos con equipos de frío calor. Duerme con cada uno de ellos cada noche”.
Por otra parte, Laura Di Marco habló sobre la relación entre el economista y su padre que es colectivero: “Tiene puntos de contacto con las biografías de Macri y Cristina, sobre todo la relación rivalidad con su padre. Lo que relata él es que su papá se quedó con el dinero que él tenía para comprar una casa. En la pandemia se reconciliaron, está tratando de reconstruir un vínculo con el padre”.
“Tiene una relación bastante rara con Karina Milei que es su hermana”. Ella, en esta conflictividad familiar, siempre estuvo de su lado. Él estuvo como ocho años sin hablarse con los padres. Es un hombre muy solitario, nunca se casó. Su único apoyo en la vida es su hermana”, destacó.
A su vez, la periodista reveló que Javier Milei “en el bolsillo de su saco tiene un papelito”. “Tiene formación católica pero se sostiene espiritualmente con un rabino con el que discute la Torá”, indicó.
Sobre el final, Laura Di Marco señaló la peligrosidad de los perros del economista: “La gente no entra a su casa… cuando yo fui los perros estaban encerrados”.
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¿Hay que temerle a Milei?
“A mí no tienen que evaluarme como un político tradicional”, le decía pacíficamente Javier Milei esta semana a una periodista con la que tiene trato diario en la Casa Rosada. Lo dice en la misma semana en la que estalló desproporcionadamente contra otra periodista, a raíz de una información errónea sobre sus perros, un punto de extrema sensibilidad para él, aunque una minucia en medio del maremoto de urgencias en el que está embarcada la Argentina. ¿Quién de los dos es Milei? Ambos tal vez.
Hacía muchos años que los argentinos no discutíamos temas tan profundos y sensibles como los contenidos en los más de mil artículos que, entre la Ley Ómnibus y el DNU, Milei envió a un Congreso poco entrenado para esta gimnasia de alto rendimiento. Una clase política mareada por la derrota, a la que le dieron vuelta de golpe el escenario. Un giro que reconfiguró, incluso, al propio Congreso: topadora Milei eliminó de un plumazo la grieta K y anti-K, que dominó al Parlamento durante las últimas dos décadas. Ahora, hasta se los ve a los legisladores trabajando a full, en pleno enero. Primer triunfo de la motosierra: la “casta” se quedó sin vacaciones.
Desde esta semana, el plenario en Diputados está cruzado por gritos, reproches, pero también por debates sobre asuntos medulares, en un abanico que va desde modificaciones en la educación- como la exigencia de un examen al finalizar la secundaria o la habilitación de los padres para que supervisen las notas de sus hijos- hasta la Ley de Pesca. Desde un proyecto de defensa de la competencia- una herramienta orientada a corregir la distorsión de los oligopolios- hasta los privilegios de la industria farmacéutica o de la casta sindical.
“Cada cosa que toca es un tongo”, afirma un dirigente que almorzó recientemente con Milei. Y agrega: “No va a bajar sus banderas esenciales, aunque al programa que le armó Sturzenegger lo va a tamizar con la política. No se va a arriesgar a que todo fracase por no ceder en temas secundarios”. Ese es uno de sus problemas: mezclar lo esencial con lo accesorio. En el grupo más cercano al presidente ronda el fantasma del fracaso de Ley Mucchi, un proyecto de democratización sindical desbaratado por el peronismo, en los albores de la primavera democrática. La obsesión de Milei es, claramente, la reforma económica y, en ese plano, afirman quienes hablan con él, está dispuesto a morir con las botas puestas.
La excentricidad del personaje atrae a la prensa del mundo, tanto o más que, en su momento de gloria, lo hacía Cristina Kirchner. Un equipo francés está grabando en Buenos Aires un documental sobre el libertario para la TV nacional francesa.
“Milei es una telenovela. Huele a drama”. afirma Robin Milner, uno de sus productores. Las primeras imágenes que llegaron a su país del nuevo presidente fue la de un outsider con pelo enrevesado, que conectaba fuerte con la sociedad, blandiendo una motosierra en medio de una multitud. “Eso nos asustó, pero a la vez nos generó mucha curiosidad”, afirma el francés, quien compara a Milei con la ultraderechista Marina Le Pen.
¿Será una comparación acertada o, como dice el propio Milei, habrá que abandonar las categorías clásicas de la política, como las europeas, para analizarlo?
Una postal de esta semana revela la magnitud del cambio. El flamante secretario de Integración Socio Urbana, Sebastián Pareja, estrecho ladero libertario, le anunciaba a la tropa de Juan Grabois la caída de sus contratos. Cuando en la era Macri, sus funcionarios quisieron aplicar la motosierra gradualista en territorio piquetero, no pocos terminaron físicamente enfermos. Un tema del que se habla poco.
¿Hay que temerle a Milei?
Si al libertario le agarran ataques de furia por la red social X y arremete contra periodistas, Néstor y Cristina financiaban escraches en medios del Estado, con programas corrosivos como 6,7,8; perseguían a medios con la AFIP y no dudaban en usar el aparato cultural, que alimentaban con dinero del Estado- o sea, de todos- para asociar a la prensa crítica con la última dictadura. Al lado de la perversidad orquestada por el matrimonio patagónico contra opositores y medios- uno de sus blancos predilectos-, los desbordes del nuevo presidente parecen, más bien y por ahora (habría que subrayar el “por ahora”), pataletas solitarias de su costado más infantil. Allí donde en Milei hay berrinches contra la “casta” o la prensa, en los Kirchner había una aceitada escuela de cálculo y estrategia.
Aunque con un final completamente incierto, la excentricidad del personaje logró lo que ninguna fuerza opositora había podido: poner en debate, incluso en sectores populares, ochenta años de populismo en la Argentina y disparar, en el Congreso, uno de los debates democráticos más ricos de los últimos cuarenta años.
Laura Di Marco.
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La jueza Servini, en exclusiva en CNN Radio: “Hice dos actas con las irregularidades”
(CNN Radio Argentina) — La jueza federal con competencia electoral de la ciudad de Buenos Aires, María Servini, publicó este domingo un oficio en el que expresó su “preocupación” por “el grado de improvisación” en el manejo de las máquinas de votación electrónica para votar jefe de Gobierno porteño y cargos locales.
Servini advirtió sobre la “impericia nunca antes vista en la organización y ejecución de un proceso electoral”, en un escrito enviado a la Cámara Nacional Electoral.
En este sentido, agregó: “Resulta preocupante el grado de improvisación con que se han manejado tanto la empresa contratada para la provisión e instalación de las máquinas de votación, como el propio Instituto de Gestión Electoral” de la Ciudad de Buenos Aires.
“Se estima que aproximadamente un 30 por ciento de las máquinas estarían en esa situación”, agregó sobre los problemas de funcionamiento de los aparatos utilizados para elegir a jefe de Gobierno porteño.
Su testimonio exclusivo en CNN Radio
En una entrevista con CNN Radio, en diálogo con Laura Di Marco, Servini reveló que hizo dos actas por las “irregularidades”. “Una anoche y otra hoy”, agregó, respecto de los supuestos problemas en el uso de las máquinas de la votación electrónica.
Servini expresó además que “no confiaba” en el sistema utilizado de votación de la Ciudad de Buenos Aires para llevar adelante los comicios.
En otro orden, la magistrada remarcó que la información de los primeros resultados se dará a conocer con un 10 por ciento del escrutinio.
El comunicado oficial de la Cámara Nacional Electoral
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Laura Di Marco: “La casa peronista, en riesgo de demolición”
El análisis semanal de Laura Di Marco en La Trama, el programa que conduce en LN+
22 de julio de 2023
La palabra demolición o “dinamitar” estuvo toda semana dando vueltas, primero en boca de la oposición y, después, en la del oficialismo que activó la campaña del miedo frente a encuestas que no le dan bien.
“Dinamitar”, como lo dice Axel Kicillof. La otra versión de Kicillof de la campaña del miedo es en modo de cuento infantil: “cuidado que viene el lobo, pero esta vez sin el disfraz de caperucita”. Pero le vamos a mostrar a Kicillof -el que nos llenó de cepos no solo la economía sino la vida-, la cantidad de empresas que se fueron huyendo de la Argentina en estos últimos cuatro años. Porque, le voy a contar un secreto al gobernador: ¡el lobo ya está entre nosotros! Y desde hace muchos años.
El viernes el Banco Central vendió casi 200 millones de dólares de reservas (un mix de dólares y yuanes); el dólar blue vuela. Se acaba de concretar la medida que exige un adelanto de ganancias para 20 grandes empresas empresas: otro modo de rascar el bajo fondo de la olla, no ya el fondo.
Sergio Massa, en su gelatinosa campaña -hace nestorismo para los kirchneristas y menemismo para el establishment-, piensa en un nuevo dólar soja, pero también en aplicar nuevas retenciones al agro.
La inflación es del 50% en lo que va del año. Tu plata vale un 40% menos desde que arrancó enero hasta ahora. Es decir, sos -somos- un 40% más pobres desde el 1 de enero de 2023.
Como bien expresó la portada de un diario: “se viene una devaluación que no osa decir su nombre”. ¿El peso? Está muerto. No lo digo yo, ni LN+, ni los poderes concentrados. Esta semana lo dijo Juan Grabois.
¿Hablamos de pobreza? 18 millones de argentinos son pobres y 3.362.037 los agregó la gestión de Sergio Massa. ¿Seguimos hablando de pobreza? Hay un señor que se llama Steve Hanke, de la universidad Johns Hopkins y que hace un ranking anual de miseria. ¿Y sabés qué? Hanke midió a 157 países y descubrió que la Argentina está sexta en el ranking de la miseria y la penuria.
Ucrania, que está en guerra, está mejor que nosotros. Hermoso. Pero, increíblemente, en este panorama decadente en un país rico como la Argentina (y este es nuestro drama), en la casa peronista se dedican a matarse entre ellos.
¿Por qué te cuento con todo esto? Porque la casa peronista, que tiene dos plantas, está en riesgo de demolición. O de implosión. Pero los dinamitadores son ellos mismos: los propios dirigentes peronistas: algunos propietarios; otros, inquilinos.
Hay otro investigador norteamericano, un politólogo (se ve les damos mucha curiosidad a los norteamericanos) que se llama Sergio Levitsky y que vino a estudiar este aparato de poder llamado peronismo. Levitsky llegó a la conclusión de que el peronismo no es una ideología, sino una organización: dice que arriba hay una cima fluida donde están los liderazgos nacionales populares y abajo, una base permanente, que nunca cambia: los intendentes, los sindicalistas, los Moyano de la vida, los Duhalde de la vida, las estructuras sociales, los movimientos sociales, los empresarios prebendarios.
En base a esta idea, el sociólogo argentino Eduardo Fidanza habla de una casa peronista de dos plantas. En el de abajo, habitan los dueños. En el de arriba, los inquilinos, que van renovando su contrato de alquiler: hoy el inquilino estrella es Sergio Massa.
El contrato es caro y solo depende de la popularidad. Cuando el inquilino deja de ser popular, se va o lo echan. Y vos dirás: ¿por qué no se presentan a elecciones los dueños? Y porque son impresentables. Imaginate aun Roberto Baradel a elecciones, un Moyano. Inviable.
La casa peronista está en problemas. En Santa Fe perdió por paliza; perdió en San Juan; perdió el feudo de San Luis. En La Matanza se están matando entre ellos, valga la redundancia. Al macho alfa matancero, Fernando Espinosa, lo está desafiando una mujer, Patricia Cubría, esposa de Emilio Pérsico, del Movimiento Evita.
Así como Córdoba es la meca, la Jerusalén de Juntos por el Cambio (sobre todo, del macrismo), La Matanza es la meca del peronismo. Allí se juegan las elecciones. En La Matanza el peronismo arrasa, históricamente, por más de 60 puntos. Y desde el ‘83 gobiernan siempre ellos, inquilinos y propietarios. Pero la encuesta que hizo la Universidad de La Matanza le da a Unión por la Patria un 39,7% (no un 60); a JxC un 22% y a los libertarios casi un 10%.
Esta semana el inquilino Massa se reunió con varios de los propietarios del peronismo permanente, los sindicalistas. Una periodista de la agencia española EFE, Verónica Dalto, le preguntó a uno de ellos, Héctor Daer, lo obvio. ¿Cómo va a hacer Massa para bajar la inflación en el futuro si no pudo hacerlo en el presente?
Ojo que Cristina Kirchner también cree que la casa peronista está en serios problemas: La casa peronista, en riesgo de autodemolición. A manos de ellos mismos, sus propios victimarios, además de nosotros, que estamos en el medio.
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