La trama del poder
Laura Di Marco: “El nuevo Zelig de Cristina Kirchner”
Cristina, que es una gran jugadora del misterio, mantiene la indefinición propósito, porque en cuanto ponga el dedo en alguno pierde centralidad. Y lo que ella más quiere es, justamente, que la miren. Como dijo Luis D’Elía: narcisimo puro.

El análisis de Laura Di Marco en La Trama, el programa que conduce en LN+
PARA LA NACION

Te voy a mostrar dos fotos que, en gran parte, explican la semana política. La primera es de hoy: Sergio Massa y Wado de Pedro, los dos ministros que podrían integrar la fórmula presidencial bendecida por Cristina Kirchner, que por ahora no bendijo a nadie.
Cristina, que es una gran jugadora del misterio, mantiene la indefinición propósito, porque en cuanto ponga el dedo en alguno pierde centralidad. Y lo que ella más quiere es, justamente, que la miren. Como dijo Luis D’Elía: narcisimo puro.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/SCHPWEKB35HUHNPDHRVVUWBACQ.jpg)
¿Qué están haciendo aquí Wado y Massa? Están en Mercedes, el territorio de Wado, inaugurando un tren turístico Mercedes-Tomás Jofré, junto a otro camporista de la primera hora: Juani Ustarroz, intendente de Mercedes y hermano de crianza de Wado, aunque en verdad es el primo.
El que iba a meter presos a los ñoquis de La Cámpora. El que le dijo a Jorge Rial que nunca jamás volvería al kirchnerismo porque era una “etapa terminada” ahora está de nuevo allí, subido al tren de La Cámpora. No sólo está subido al tren de La Cámpora, sino que este domingo por la noche partirá a China, con el máximo ñoqui de La Cámpora: Máximo Kirchner. No partirán en un tren, obviamente, sino en el flamante avión presidencia, crema del cielo, el de los 25 palitos, que Massa y Máximo van a estrenar antes que el propio Presidente. Es el avión que esta semana se hizo famoso por una maniobra de aterrizaje que muchos expertos calificaron de cachivache.
Massa tiene en vista otro viaje clave: el domingo 11 de junio viaja a Washington. Allí, como en China, también va a mendigar dólares a ver si llega al “Plan llegar” antes de las PASO.
Pero volvamos al tren porque hay una historia de Massa que seguramente no conocés. Es de finales de los 90 y que fue el origen de este Massa que ves hoy: una de las cartas fuertes del Frente de Todos. El “viejo traidor”, así le decía, que Cristina tuvo que perdonar porque no le quedó otra. Massa o su mujer Malena. Algunos hablan también de la fórmula Wado de Pedro-Malena Galmarini, que sería Massa, como matrimonio del poder que son.
Máximo Kirchner es una colina importantísima para Massa y fue que, después de aquella amenaza de meter presos a quienes hoy son sus principales aliados, Massa pudo volver al kirchnerismo.
Hoy Massa dijo una frase sorprendente: “Podemos tener un lugar o el otro. No tenemos preocupación por cuál es el lugar que nos toca, sino por cuál es la Argentina que construimos”. ¿De verdad Wado de Pedro y Massa tienen en la cabeza la misma Argentina?
Vamos a echar una vista a la zigzagueante biografía de este verdadero Zelig de la política, en manos de quien hoy está el kirchnerismo después de 20 años de existencia.
En los ‘90 revistaba en la Ucedé, un partido de la derecha liberal. A los 19 años tenía un jefe. Se llamaba Carlos Maslatón, el actual libertario panelista de C5N que ahora se volvió fan de Cristina. En 1999 fue diputado provincial por el peronismo. En 2002, Duhalde lo colocó en la Ansés, una caja clave para su vida política y personal. En 2003, fue electo intendente de Tigre. En 2008, fue jefe de gabinete de Cristina. En 2009, intendente de Tigre nuevamente. En 2013 se va del kirchnerismo y se empieza a acercar a Macri. Es electo diputado nacional. En 2015, es candidato a presidente, enfrentado ferozmente a Cristina. Se transforma en uno de sus grandes opositores y divide al peronismo provocándole una dura derrota. En 2107 es candidato a senador, aliado de Macri. En 2019 se hace nuevamente kirchnerista y es elegido presidente de la Cámara de Diputados. En 2022 es electo ministro de Economía.
Agarra la famosa “papa caliente”. Su obsesión con ser presidente sigue intacta.
Zelig es una comedia muy divertida de Woody Allen, que ubica la historia en 1920 cuando un hombre empieza a padecer un extraño síndrome: aparece en distintos lugares mimetizado con su entorno. O mimetizado con su interlocutor. Ese hombre es Leonard Zelig (Woody Allen), que tiene la capacidad sobrenatural de cambiar su apariencia adaptándose al medio en el que se mueve. Digamos: un camaleón.
Eso hizo Massa en 2015 con el famoso “TAJAÏ”, ¿te acordás? Como si no existiera la interconexión de las redes, la campaña de Massa en 2015 incluyó spots en distintas tonadas, según el público o la provincia a la que iba dirigido. Los imitadores se hicieron un festival.
El acto del 25 de mayo, con Cristina como lideresa, dejó una foto confusa, con múltiples interpretaciones.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/46CP4TCCUBATPLBNXMLQ72BBNA.jpg)
Algunas gargantas profundas del Instituto Patria afirman que la candidatura presidencial de Massa está complicada y que el verdadero candidato a presidente va a ser el niño mimado de Cristina, Axel Kicillof.
Audaz, como es, Massa echó la rodar la versión de que Washington ve con buenos ojos su candidatura presidencial. Incomprobable. ¿Quién va a confirmarlo? Y sobre todo: ¿quién va a desmentirlo?
Anotá este nombre: Gustavo Martínez Pandiani. Funcionario de la Cancillería, es el hombre que lo conecta a Massa con el establishment político norteamericando, sobre todo con el sector republicano. Esa sí que es lo que aquí llamaríamos la derecha.
Decime qué tiene que ver esto con Wado de Pedro o con Máximo Kirchner. Te llevo a 1998. Massa tiene 26 años. Es un joven ambicioso y viaja en un tren. En otro tren. No es cualquier tren. Es vocero de Palito de Ortega, que integra la fórmula presidencial del peronismo, junto con Eduardo Duhalde. Ese tren bizarro cruza de Ushuaia a La Quiaca. Se llama “el tren de la Esperanza y la Victoria”. Es plena campaña electoral. Ese joven ambicioso, pero ignoto, picotea la cabeza del caudillo bonaerense aprovechando las horas muertas de la travesía. “Yo quiero ganar Tigre”, le dice al oído.
Con un barón eterno como Ricardo Ubieto, Tigre siempre había sido imposible para el peronismo. Para sacárselo de encima, Duhalde le responde: “Bueno pibe júntame las cabezas de todo el peronismo de Tigre y después hablamos”.
Unos años más tarde, aquella relación con Duhalde, construida arriba de aquel tren remoto, finalmente rendiría sus frutos. Con apenas 30 años, en 2002, Massa recibe una de las cajas más grandes de la política: la Anses.
En 2019, Massa estuvo a punto de integrar Cambiemos.
Poliamoroso flexible, políticamente hablando, coqueteaba al mismo tiempo con María Eugenia Vidal y Máximo Kirchner. Y en sus ratos libres, con Margarita Stolbizer.
A mediados de aquel año, en plena crisis recesiva, Macri se convenció de que debía incorporar a Massa a su esquema de poder, si quería tener chances electorales. María Eugenia Vidal sería la candidata a gobernadora de ambos, de Macri y de Massa y, lo más importante, el peronismo permanecía dividido. Pero, en el medio, sucedió lo inesperado. O lo esperado, según se mire.
Massa desapareció durante 48 horas de todos los chats cambiemitas. Macri empezó a temer una traición. No se equivocó. A los dos días, Massa reapareció blanqueando su romance político con Máximo Kirchner, con quien se venía reuniendo, en secreto, desde hacía tres años.
El fruto de ese vínculo es la foto de vimos este jueves, en el acto del 25 de Mayo. ¿Massa aprendió de su ahora nueva jefa política?
Durante el acto del jueves en la Plaza de Mayo, Cristina, que fue muy menemista en los ‘90 junto a Néstor Kirchner, destruyó el modelo del riojano en un discurso solo dirigido a sus fieles. Pero en 1994 decía exactamente lo contrario.
Massa y Máximo empezaron a reunirse secretamente en el primer semestre de 2016, en la quinta de Wado de Pedro, en Mercedes. ¿Viste? La historia es circular. Y como diría Cristina: todo tiene que ver con todo.
Massa fue haciendo su trabajo sobre la cabeza de Máximo hasta que, a fines de 2019, el hijo logra ablandar a la madre.
La reconciliación con el viejo traidor fue en su oficina del Senado.
Massa se lleva este domingo a Máximo Kirchner a China. Tiene 28 horas de avión en el crema del cielo para picotearle la cabeza, como hace 25 años hizo con Duhalde. Imaginate. ¿Qué busca? Si tiene emocional y políticamente al hijo, tiene a la madre.
Zelig-Massa es un jugador audaz.
La trama del poder
UN MANO A MANO CON TOMÁS Y FRANCISCO GHISONI

Hoy a las 21. 30, un mano a mano a fondo en #LaTrama (en el piso de LN+) con los hermanos Tomás y Francisco Ghisoni, cuyo padre, Pablo Ghisoni estuvo preso tres años por una falsa denuncia de abuso sexual contra sus hijos realizada por su ex mujer, la médica Andrea Vázquez, funcionaria del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. Nada menos.
¿Por qué crecen en el país las falsas denuncias de abuso sexual y violencia de género, un bandera que debería ser sagrada?
¿Qué es el “gaslighting”, una forma de manipulación que implica confundir la percepción de un hijo para insertar en su memoria hechos que no ocurrieron?
¿Los niños pueden mentir?
¿Cómo es el sitema perverso, que fogoneó el kirchnerismo, y que invierte la presunción de inocencia de un varón denunciado, que es culpable hasta que se demuestre lo contrario?
¿Por qué el 5 por ciento de los casos falsos dañan al 95 por ciento de las víctimas verdaderas de un drama indecible, el abuso y la violencia dentro del propio hogar?
¿Hay una trama política detrás del caso Ghisoni?
Te espero hoy a las 21.30 en #LaTrama por @lanacionmas
Preparate para una charla vibrante.
La trama del poder
Lázaro Báez, los bienes que vuelven y la corrupción que no se va

La Justicia empieza a moverse sobre el patrimonio de Lázaro Báez, mientras reaparecen escenas que remiten al pasado más oscuro del poder K. ¿Estamos viendo el principio de una reparación o apenas un capítulo más del espectáculo de impunidad?
Esta semana empezamos el programa con una noticia urgente: la Justicia y la Agencia de Administración de Bienes del Estado comenzaron a trabajar en el decomiso de las propiedades de Lázaro Báez. Sí, ese empresario K que se convirtió en multimillonario gracias a la obra pública durante los gobiernos kirchneristas. Se habla de más de 174 bienes inmuebles solo a su nombre. Y ahora, al fin, el Estado argentino empieza a mover sus piezas para que esa plata —que no era suya— vuelva a donde pertenece.
Pero no todo es tan simple. Mientras la Justicia avanza, también se investiga si su entorno sigue usufructuando esos bienes. Incluso hay disputas internas dentro de la familia Báez: una exesposa, una actual pareja, alquileres que siguen cobrando de propiedades ya decomisadas. Un rompecabezas donde la plata siempre parece estar un paso adelante de la ley.
El tema es potente porque toca algo más profundo: la memoria de la corrupción en la Argentina. Cada vez que aparecen palabras como “valijas”, “aviones” o “bolsos”, el inconsciente colectivo se enciende. Y no es para menos. Esta semana también analizamos el caso del “avión libertario” —ese vuelo sospechoso con diez valijas a bordo—, y la inevitable comparación con el caso Antonini Wilson. Porque en este país, cuando hay valijas cerca del poder, todos sospechamos lo mismo: que hay dinero sucio.
Mientras tanto, se anuncia un fondo solidario para que los condenados por la causa Vialidad devuelvan al Estado más de 684 mil millones de pesos. ¿Se imaginan si esto se concreta? Sería histórico. Porque en Argentina, como bien dijo Pancho Olivera en el programa, nadie devuelve lo robado. Y cuando alguien lo hace, o se lo obligan a hacerlo, algo empieza a cambiar.
Pero también vimos cómo la política intenta tapar estas historias con otras. Se habló mucho de “traiciones” en el Senado. De Villarruel acusada, de la interna libertaria que arde. Algunos dicen que fue una bomba de humo. Yo no lo descartaría. Porque si la atención está en la pelea entre Milei y su vice, entonces se habla menos del avión, de las valijas, de los bienes mal habidos.
En definitiva, los temas se acumulan pero la pregunta de fondo sigue siendo la misma: ¿estamos asistiendo al fin de la impunidad o apenas a un nuevo capítulo del relato?
Como digo siempre, la corrupción no es solo un delito: es un modo de operar en la política argentina. Por eso, cada vez que se recupera un bien, cada vez que se toca a un intocable, es una señal. Chiquita, imperfecta, pero necesaria.
En fin, los esperamos mañana para un nuevo programa de La trama del poder.
La trama del poder
El PRO se pliega a La Libertad Avanza y se recalienta la pulseada electoral en Buenos Aires

En una semana marcada por el aumento del dólar y movimientos clave en el tablero político, el oficialismo celebra la integración del PRO al frente La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Una jugada que reconfigura alianzas, profundiza la polarización y anticipa una elección que promete ser nacional, aunque se dispute en territorio bonaerense.
La mesa de “La trama del poder” analizó una semana de alto voltaje político y económico. Mientras el dólar volvió a subir a pesar del récord de ingresos por la cosecha, la noticia que sacudió el escenario fue la oficialización del acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Lo que hasta hace poco era una posibilidad se confirmó: Santilli y Ritondo se integran al armado libertario liderado por Javier Milei y su hermana Karina. La alianza, urdida por el operador político Sebastián Pareja, representa una victoria política para el gobierno nacional, que logra sumar volumen y disciplina a su frente electoral.
Esta movida, sin embargo, no está exenta de tensiones internas ni de lecturas más profundas. Para muchos, es la forma elegante en que Mauricio Macri se rinde ante la imposibilidad de construir un espacio propio y ordenado. El PRO, fragmentado y debilitado, busca sobrevivir en un esquema donde ya no lleva la delantera. Mientras tanto, actores como María Eugenia Talerico, con su armado “Potencia Buenos Aires”, intentan captar el voto de un sector desencantado con esta fusión, apelando a un perfil anticorrupción y republicano, al estilo de una Lilita Carrió primeriza.
La polarización con el kirchnerismo sigue siendo el combustible principal de esta estrategia. El oficialismo sube el tono con figuras como José Luis Espert, que no teme lanzar exabruptos para encolumnar al voto anti-K. La figura de Milei, con su discurso extremo y su estilo provocador, se sostiene gracias a un núcleo duro del 30% y un voto blando que, en ausencia de resultados económicos concretos, se activa por rechazo al otro modelo.
En ese marco, el caso de inseguridad en La Matanza, donde un joven fue asesinado en un boliche con supuestos vínculos con el intendente Fernando Espinoza, se convierte en emblema de lo que está en juego: no sólo una elección provincial, sino una disputa nacional por dos modelos de país. El oficialismo apuesta a capitalizar ese hartazgo social, incluso si eso implica integrar a figuras del PRO como Santilli y Ritondo en puestos clave, vinculados a la seguridad.
- Autores invitados3 años atrás
La increíble vida de Laura Di Marco: de la tragedia de la infancia que la marcó para siempre a formar pareja con un oyente
- Más noticias3 años atrás
Laura Di Marco, sobre Javier Milei: “Tiene puntos de contacto con las biografías de Macri y Cristina”
- La trama del poder2 años atrás
Laura Di Marco: “Qué caro nos sale el peronismo”
- La trama del poder5 meses atrás
Elecciones en Buenos Aires: La batalla por la sucesión y el destino de las fuerzas políticas
- Columna LN3 años atrás
Javier Milei, los secretos del hombre del momento
- La trama del poder2 años atrás
María Belén Ludueña habló de su relación con Jorge Macri y la diferencia de edad
- De ida y vuelta2 años atrás
Alberto Ortiz: El geólogo que vaticina el fin del planeta en 80 años (si no hacemos nada)
- Columna LN3 años atrás
Kirchner vs Kirchner. Una relación tormentosa que terminó en condena